Canto a Sevilla desde el exilio
Canto a Sevilla desde el exilio No ha sido la primera vez que he estado lejos de mi amada ciudad, pero sí el periodo más largo. Y el más triste. Esta pandemia se ha llevado por delante muchas cosas. Demasiadas. No vengo a llorarles mis penas, de eso vamos todos sobrados, ni contarles mis anhelos, pero sí busco reciclar la honda melancolía que se me agarra en el pecho y me acongoja. Una forma de expiar mi morriña y compartir una Sevilla bajo mis ojos. Acompáñenme, se lo ruego. No pretendo asemejarme al gran Bécquer, ni Vicente Alexandre, ni Nicolás Salas o Jose María de Mena. Mi humilde persona ha vivido otros tiempos y mi prosa es más mundana y menos formada. Yo he visto una Sevilla íntima, quizás distinta, que no mejor. Un vergel en primavera que con frecuencia torna en caldera en verano, suspiro en otoño y promesa en invierno. He paseado por su rio lloviendo a mares durante la soledad de la noche y he visto como las luces del lugar parecían estrellas que iluminaban mi camino mientras...