Miedos al mar en la Roma Antigua

¿Sabías que...

los romanos tenían pavor a morir en el mar?

Este temor venía por un motivo religioso-supersticioso. Si una persona moría sin que sus pies tocaran tierra no tenían opción alguna de entrar en el Eliseo (paraíso). Esto implicaba que, cuando se veía ineludible la muerte en el mar, por el motivo que fuere, muchos se ataban pesos a las piernas para quedar anclado al fondo marino y evitar tal condena en la otra vida. Esta curiosa práctica, perduró hasta bien entrada la Edad Media, con el cristianismo asentado.

A los miedos obligados de realizar una travesía (tormenta, error humano, escollos que hundan la embarcación, ataque pirático, retraso en la partida, estafa o secuestro por parte de la tripulación o funcionarios corruptos), se le une el miedo a los monstruos marinos. El ser humano responde con recelo ante lo desconocido y las profundidades marinas han sido blanco de dicho terror hasta nuestros días. Al estar fuera de nuestro medio natural y resultar imposible explorar el fondo submarino, los romanos atribuían criaturas más o menos comunes a otras civilizaciones que atacaban a los marinos como tritones, sirenas, el famoso calamar gigante o peces agresivos que destrozan embarcaciones enteras. Por destacar dos, me llaman la atención una criatura similar a un perro que atraía a los marineros hacia las rocas para poder comérselos y un reptil que provocaba grandes remolinos en el mar que succionaban las naves. Realidad o no, es interesante ver el imaginario común de este pueblo y como ha perdurado en los siglos, más aún teniendo en cuenta lo relativamente tranquilo que es el Mar Mediterráneo.

Estas curiosidades, datos reales y ambientación cuidada la encontrarás en «Gladius et Peplum. El baluarte fronterizo» y en «La conspiración de los vanidosos. Gladius et Peplum».

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