Gobierno local en la Antigua Roma

¿Qué tipos de gobierno locales se daban en la Antigua Roma?


La respuesta corta sería tantos como pueblos y ciudades existían, pero intentaremos desgranarlos con algo más de coherencia y dando un poco de perspectiva. La documentación que nos ha llegado nos habla de la poca intromisión de Roma en la ley consuetudinaria de los pueblos que dominaba como tónica habitual. Si algo funciona… ¿por qué tocarlo? En época de la República tenían una independencia enorme salvo por el cobro de impuestos por parte del Pretor o Procónsul, consejo y justicia en última instancia. En el inicio del Principado hay una mayor conciencia y voluntad de los gobernantes no sólo de controlar más los ámbitos más pequeños, sino de la idea de que formaba parte de un cosmos superior. Igualmente, poco a poco la poblaciones provinciales empezaron a sentir verdaderamente que formaban parte de un Imperio a medida que las generaciones pasaban. Para ello, aunque cambiaron sus estructuras y sus atribuciones, dependía en gran modo del contacto y el grado de romanización.


Los tipos de organización más comunes para pueblos y ciudades iban desde el gobierno unipersonal del cacique más rico y/o el sujeto mas respetado e influyente de la zona, hasta el consejo de ancianos, un pequeño senado oligarca o la tradicional forma heredada de Roma de los duunviros (dirección regida por dos magistrados). Dependía del tamaño del asentamiento, la tradición y la influencia del comercio y el contacto con la urbe. En ocasiones, y aunque parezca extraño, podían darse todos los modelos mencionados anteriormente a la vez. En muchos casos, los gobiernos eran regidos por antiguos militares retirados por su prestigio y riqueza. Se pensaba que la firmeza del carácter que daba el ejército, junto con la educación recibida (les enseñaban a leer y escribir teóricamente), su suculenta «jubilación» y su dominio de las armas podían hacer respetar su autoridad frente a otros adversarios o peligros exteriores. Sin embargo, también podían usar dichas atribuciones para coaccionar a sus vecinos. En cualquier caso, lo importante es que el gobierno local funcionase y cumpliese su función dando los menores quebraderos de cabeza posibles al Legado provincial. Al tratarse del eslabón más pequeño de las administraciones romanas, se atiende poco, pero su papel era crucial para el mantenimiento de la sociedad, la economía y la justicia, siendo habitualmente apoyados desde la metrópoli. Y si no lo eran en la persona del gobernador, sí por alguno de los subalternos que lo auxiliaban (normalmente, esclavos o jóvenes nobles bien formados).


Estas curiosidades y muchas más, las encontrarás en mis libros «Gladius et Peplum. El baluarte fronterizo» y «La conspiración de los vanidosos. Gladius et Peplum».


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