Curiosidades sobre los gladiadores

Aspectos sociales de los gladiadores

La violencia es inherente en las sociedades antiguas fácilmente distinguible en sus medidas disuasorias: flagelación, apedreamiento, crucifixión, empalamiento... Las luchas gladiatorias son la máxima expresión de cómo llevarla a las sociedades urbanas y convertirlo en un espectáculo y una diversión.
Para empezar TAMBIÉN había MUJERES, en mucho menor número y sólo combatían en contra del mismo género, aunque tampoco tenemos excesiva información sobre ellas. Se ha encontrado un cementerio exclusivo de gladiadores en Turquía, donde había hombres y mujeres. También poseemos documentación e incluso salen representadas en mosaicos.
Había gladiadores esclavos, además de libres y voluntarios (por contrato y búsqueda de gloria), considerándose mejores por ello. Todavía hay arduos debates de cuál de los dos grandes colectivos era el más numeroso. Sea como fuere, hay bastantes casos por ambas partes para hablar de equidad relativa.
Las posibilidades de los esclavos de manumitirse eran mayores tras varios años de escuela y espectáculo en comparación con los esclavos agricultores del campo, los pastores y los urbanos y domésticos. Ni que decir de los esclavos mineros, que tenían una baja esperanza de vida y rara vez salían de allí con vida. En general, la gladiatura era buena forma de vida: techo, comida, sueldo regular, popularidad, posible ascenso social y VIRTUS. En ocasiones, podían ofrecer favores carnales a mujeres y hombres (a cambio de un precio, por supuesto), siendo más codiciados los campeones o mejor dotados. Hay casos donde incluso siendo esclavos, podían pasear y moverse con bastante libertad dentro de los núcleos urbanos. Prueba de ello, entre algunos documentos, ha sido un posible gladiador encontrado en Pompeya y del que se creó una horrible película entorno a la idea.
Fuera de la capital, donde la tasa de muerte es algo más alta, sólo el 20% moría, pudiendo haber empates, victorias y derrotas sin muerte del oponente, pese al imaginario colectivo. Eran gentes para el espectáculo y entrenarlas costaba caro para que muriesen con tanta facilidad. La mayoría de gladiadores que perecían solían ser en su primer o segundo combate o por infección o mala sanación de las heridas recibidas. Sobrevivir a más de 10 combates era tentar a la suerte. No solían vivir más de 30 años. También solían ser gentes «robustas» o entradas en carnes, ya que se pensaba que la grasa protegía más los órganos. Por esto, podían ser más lentos de lo que parece. Pensemos que eran deportistas que ofrecían un espectáculo, no verdaderos guerreros. Es como comparar un tirador deportivo con un francotirador de guerra: técnicamente puede ser mejor el primero, pero la experiencia y las condiciones harán que el segundo gane en la mayoría de circunstancias. Hay que romper ese mito de que estaban mejor entrenados que los legionarios. Un soldado curtido era infinitamente más peligroso que un gladiador. esto se vio en el año de los cuatro emperadores (año 69 d. C) donde una unidad formada por gladiadores funcionaron bien en escaramuzas, pero fatal en un combate directo.

Era una profesión infame, socialmente censurable, aunque se enorgullecían de ello. Luchaban por dinero y el amor del pueblo, pero la élite no lo aprobaba y los despreciaba, siendo objeto de deseo y admirados por su destreza, pero rechazados por su vil condición. Además podían hacer carrera: novato hasta primer combate, profesional, luego hasta entrenadores o patronos del espectáculo. La rivalidad, envidias, conspiraciones eran habituales. Se dieron combates clandestinos, pero sin Honor y sólo para saldar rencores o deudas. Tampoco debemos olvidar las supersticiones. Por ejemplo, se pensaba que la sangre de gladiador era muy efectiva para realizar hechizos de amor, curar la epilepsia o la infertilidad. Se consideraba más efectivo si estaba aún caliente.
A modo de cierre, los gladiadores formaban una subclase que trataba de triunfar en un mundo donde tenía mucho que perder y donde el éxito era efímero.
Estas curiosidades y muchas más, las encontrarás en «Gladius et Peplum. El baluarte fronterizo» y «La conspiración de los vanidosos. Gladius et Peplum».

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