Pax romana

¿Qué sabes sobre la «Pax romana» y la romanización?

Augusto impuso la «Pax romana» después de convertirse en el «primer ciudadano de Roma» tras un largo periodo de anarquía y guerras civiles. Esto significó una reforma de los modelos económicos en las provincias conquistadas junto con una división administrativa mucho más acorde a los tiempos. La romanización incluiría la imposición de la cultura, tecnología y modelo de vida pero... ¿Es esto cierto?

Para empezar es un proceso largo que realmente empieza desde las primeras conquistas de época republicana y dura siglos. Igualmente, no se trata de un proceso homogéneo, ni tampoco especialmente incentivado por la Urbe. En época republicana casi no hubo intención de que así fuese hasta el fin de dicho periodo. Es más, griegos, celtas, fenicios o cartagineses influyeron en Roma en su apartado tecnológico, cultural o político. Obviamente cuanto más avanzada era la cultura, mayor posibilidad de intercambio había y más fácil era la asimilación. Por el contrario, cuanto más primitiva, los cambios eran unidireccionales y más difícil se hacía también la romanización.

En realidad fue un proceso de regularización y mestizaje donde las élites locales, más o menos afines, adquirieron gustos similares a sus conquistadores y de ahí, se fue llevando con más o menos cercanía a su población. Evidentemente, la zona mediterránea, los puertos y áreas más ricas y desarrolladas política, social y económicamente, fueron más romanizadas. Nunca hubo una intención estatal para que se adquiriese la forma de vida de Roma, ya que los tributos, el comercio y la estabilidad económica es lo que se buscaba. La asimilación cultural fue un proceso espontáneo que se empezó a incentivar por las autoridades romanas progresivamente y de forma más acuciada a partir del I siglo d. C. Prueba de este mestizaje cultural es la cantidad de emperadores que han venido de los tres continentes y los movimientos de personas se multiplicaron entre ellos (Europa, Asia y África). Dentro incluso de los actuales países, se pueden ver marcadas diferencias de romanización que se debían al interés de sus élites locales, su grado de desarrollo, aislamiento del mundo y tiempo que se llevaron bajo dominio romano.
Fue un proceso lento, de generaciones, y heterogéneo, donde los resultados fueron desiguales. Pero la verdad es que Roma está presente y ha dejado huella en decenas de países.
Por poner ejemplos de la importancia de este proceso tenemos teatros, coliseos, circos, acueductos, templos, foros, villas rústicas y urbanas, termas, basílicas, puertos, la base del derecho actual, una lengua de origen que es la base lingüística de decenas de países, ha ayudado al griego a ser también difundido, un modelo cultural y de vida en Europa, ejemplo de ejército profesional y multicultural, un sistema monetario avanzado, un sistema de postas tremendamente eficaz, una intendencia no superada hasta Napoleón, una red de carreteras que muchas perduran hasta nuestros días o una economía voraz y activa. La arqueología refrenda y hasta los casquetes polares demuestran la frenética actividad industrial y mercantil que, hasta el siglo XIX no fue igualada y superada. Un hito en la Historia del ser humano.

Estos detalles y muchos más, los encontrarás en mis libros «Gladius et Peplum. El baluarte fronterizo» y «Lq conspiración de los vanidosos. Gladius et Peplum».

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