La mujer en Roma

¿Sabías que...

en la Antigua Roma la mujer solía recuperar la dote en el divorcio?
La sociedad romana era eminentemente patriarcal donde el cabeza de familia (pater familias) controlaba todos los aspectos sociales de sus miembros, aunque solía ser común que la esposa controlarse el interior del hogar y la administración del mismo. En cualquier caso, la figura de la mujer se intentaba proteger (especialmente las viudas) por su indefensión legal. Por ello, en caso de divorcio, se le devolvía la dote inicial íntegramente, salvo ciertas excepciones como la infidelidad. En general, se solía aceptar de buen grado por ambas partes, ya que el divorcio era mucho más habitual entre las clases pudientes y dónde la dote era mayor. Cuando se producía, la mujer volvía de nuevo a la protección y tutelaje del padre o hermano.

No obstante, había mujeres que conseguían su independencia total, normalmente por tres vías: sacerdocio, muerte del cónyuge sin miembro varón en la familia que la acoja (o demuestre su independencia económica) o demostración de incapacidades del pater familias. Podría parecer difícil, pero sabemos a ciencia cierta casos variados gracias a la epigrafía y a las cartas que nos han llegado hasta nuestros días. Así, hemos encontrado ejemplos no sólo en clases pudientes si no también en mujeres de clase media. Mujeres emprendedoras, que dirigían sus propios pequeños negocios o incluso hay casos en los que poseían una pequeña red de clientelaje. No tenemos la misma certeza de independencia entre las clases bajas debido al menor número de documentación que poseemos (aunque hay) como por las obvias limitaciones económicas, que hacen muy difícil plantearse dichas situaciones.
En Roma siempre hay maneras de subvertir la situación y en comparación con otras culturas similares (Grecia o Partia), la mujer romana es más libre (la mujer egipcia es aún más independiente) y lo fue siendo más progresivamente durante el Imperio con respecto a la República. Aunque no debemos olvidar que son pocos casos con respecto a la generalidad y dependía mucho de sus recursos e ingenio.

Si quieres vivir ejemplos aplicados de mujeres independientes y vivir aventuras, hazte con «Gladius et Peplum. El baluarte fronterizo» y «La conspiración de los vanidosos. Gladius et Peplum».

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