Fuera de la ley en Roma

Fuera de la ley en Roma: bandidos y piratas

La delincuencia aparece en sociedades estratificadas marcadas por las diferencias, viviendo en comunidad pero sin respetar las normas establecidas. Podríamos diferenciar entre los delincuentes comunes, los delincuentes tribales y los «terroristas» o «libertadores» según el punto de vista.
Los dos primeros, NUNCA buscan revoluciones, ni cambios políticos o sociales, sólo el beneficio propio u objetivos concretos. Nacen de la miseria, la inadaptación o la rebeldía. En un alto porcentaje eran soldados (bandidos) o marineros (piratas). En muchas ocasiones tenían colaboradores o espías que le daban información dentro de la legalidad. A veces incluso se integraban creando una relación simbiótica fuera de la ley de la élite. Las fuentes nos suelen hablar de sociedades más o menos igualitarias, basadas en la violencia y el abuso. No había mujeres, mundo casi exclusivo de hombres, con una religiosidad marcada y con evidente desconfianza por estar nutrido por un nada despreciable número de desertores. En cuanto a los «terroristas» o «libertadores» en Roma hay pocos casos, siendo destacados las diversas facciones judías como los sicarios o los zelotes. En otros lugares, dicha resistencia se acababa tras una generación o dos, normalmente buscando más unos objetivos concretos que una «liberación». Hay que tener en cuenta que Roma se enfrentó más a tribus y Estados en formación que a naciones propiamente dichas.

Las funciones del líder pirata o bandido son: asegurar el reparto de botín, reclutar bien, buena dirección, custodiar al fondo común y tratar bien a las mujeres de alta cuna (para intercambiar por un rescate) y baja cuna (futuras sirvientas).

Como respuesta a esta amenaza, se creaban las patrullas urbanas, se mandaba al ejército y se empleaba la traición a cambio del perdón y una recompensa. Normalmente, estas comunidades criminales, tenían una vida limitada. No obstante, en época imperial, aunque fuesen un mal endémico, fueron menos comunes y solo un problema serio en áreas muy concretas.
Entre los más famosos están los Martocupreni en Siria, las bandas sajonas o los piratas ilirios. Y entre los prisioneros más ilustres, estuvo el propio César.

Detalles como estos y muchos más, los podrás encontrar en «Gladius et Peplum. El baluarte fronterizo» y «La conspiración de los vanidosos. Gladius et Peplum».

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