Medidas sanitarias en Roma

¿Qué sabes de los hospitales en Roma y las medidas sanitarias en caso de epidemia?

Para empezar, la Roma Imperial tenía una buena base de conocimiento médico, con influencias etruscas, griegas, egipcias y orientales. Un conocimiento y una práctica que contribuyó a difundir y ampliar (también sus defectos y errores, que no serían enmendados hasta el siglo XV y más adelante).
En general, la medicina era ejercida por judíos y griegos, siendo una profesión respetada y valorada, en términos generales. Se hacían operaciones complejas, se usaban ungüentos terapéuticos e incluso se realizaban pequeñas operaciones estéticas. Estaban colegiados y había ciertas especialidades. La calidad de los médicos, obviamente variaba, pero los médicos militares solían ser mejores por su práctica continua y su implicación.

En cuanto a los hospitales, existían los hospitales de campaña en la guerra, que solían funcionar con sorprendente eficiencia para la época. No obstante, en el mundo civil no existían excepto algunos casos aislados en oriente, como en Efeso que existía uno del que se decía que era capaz de alojar a casi 300 personas. Los pacientes eran atendidos en su hogar y, por supuesto, a cambio de un canon. Muchas veces, los pobres recurrían a matasanos y barberos para ciertos tratamientos. El 90% de la población era pobre y/o vivía en el medio rural. Aunque había médicos que daban sus servicios a un precio razonable. Los protohospitales no llegarían hasta los cristianos primitivos aunque tenían una mayor intención de darles a los pacientes una muerte digna que curarlos (a partir del Siglo II).

En cuanto a las medidas cuando había una epidemia eran similares a las actuales: aislamiento de los enfermos o incluso barrios enteros; separación de sanos y enfermos; o control de entrada y salida de embarcaciones y viajeros, en cuanto a la contención de la plaga. Si la situación era más dramática, se procedía a la quema de cuerpos, ejecución de enfermos o abandono en las carreteras. Estas medidas draconianas solo se emplearon en casos concretos y ante grandes amenazas como la peste en época de Marco Aurelio, o las plagas de sarampión y viruela del Siglo III. Es digno de destacar que para evitar epidemias y enfermedades como la malaria, hubo una intuición de la raíz del problema con las aguas y los insectos. De ahí el uso extendido de acueductos, alcantarillado, baños públicos y saneamiento de las aguas. Siglos después, la ciencia les daría la razón.

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